LinkedIn puede ayudarte a conseguir tu trabajo soñado. O no.
Alberto Mera |
La forma más sencilla de encontrar trabajo
es por enchufe. La técnica sólo tiene una pega: hay pocos enchufadores
y normalmente se encuentran fuera de nuestro círculo de amistades.
Pero ¿en qué consiste el enchufe y por qué
tiene tanto éxito? El enchufe clásico comprende tres sujetos: el enchufado, el enchufador y el empleador. El empleador busca a
alguien, pero esto es sólo una tarea extra en la que tiene que pensar un rato,
normalmente no es su principal cometido, únicamente quiere a alguien que
funcione en el puesto. El enchufador, sabe de
la situación del empleador y actúa, mal que nos pese, como facilitador. El
enchufado está en casa jugando a la Play esperando a ver si se le soluciona la
vida.
El enchufe tiene éxito porque hace la vida
del empleador más sencilla y además, le hace quedar bien de cara a alguien que
conoce. El empleador desconoce cómo se va a desempeñar el enchufado en el
trabajo. A veces, atendiendo al curriculum se puede asumir que un candidato
está más preparado que otro, pero eso no siempre se corresponde con su
posterior valía en el puesto. El empleador, ante tanta incertidumbre en una
tarea que le roba tiempo de su verdadero trabajo, busca un atajo
desesperadamente. El enchufador lo tiene
fácil.
Nos gustan los atajos. Siempre que podemos,
liberamos a nuestro cerebro de pensar y dedicamos la energía a otra cosa.
Nuestro cerebro consume como un Hummer y no llevarías un Hummer al trabajo cada
día. Igualmente, para todas las tareas comunes que llevamos a cabo día a día
tomamos atajos que nos evitan pensar demasiado.
En conclusión, luchar contra el enchufismo
es vano. Hay que aceptar que ofrece demasiadas ventajas al ser humano. Mucho
más relevantes que las que tú puedas poner en tu curriculum.
Si no puedes con ellos…
Hace unas semanas leí un artículo sobre cómo
unos chavales consiguieron entrar en una aceleradora de empresas que invertía
$120.000 y te ayudaba a lanzar tu startup. Era una convocatoria abierta y sólo
cogían a 10. En este caso se trataba de facilitarles la vida a los que deciden
qué startups coger.
Era previsible que recibieran cientos de
aplicaciones. Igual que cuando buscas que te cojan en un trabajo. Eres tú
contra el resto y conseguir que tu propuesta destaque es difícil si haces lo
mismo que los demás. Puedes pensar que lo tuyo es mejor, sí, pero hay ejemplos
de sobra que muestran que no siempre son los mejores sobre el papel los que
consiguen lo que buscan.
LinkedIn te permite saber quienes son las personas
que deciden. Y también, qué personas conocen a los que deciden. Estos chicos
decidieron usar la aplicación para encontrar un enchufador
que presentase su propuesta directamente a los que deciden. Crearon un anuncio
en LinkedIn que se mostrase en los perfiles posibles enchufadores.
El anuncio tenía un enlace a una página con un vídeo sobre su startup y
solamente decía: “Si conoces a alguien en el equipo de esta aceleradora, ¡pásales el enlace!”.
Los anuncios en LinkedIn se pueden pagar por
click o por impresión. Como su objetivo era reducido (encontraron 1000 posibles
enchufadores), decidieron pagar por
impresión. $2 Por cada mil impresiones. El anuncio se mostró menos de 500 veces
y dos personas mandaron el enlace al director del programa que escribió a los
chavales para decirles que estaban dentro y que, por favor, quitasen el anuncio
para que la gente dejara de escribirle. Como el anuncio no llegó a imprimirse
ni 1000 veces, les costó unos 40 centavos.
Esto se podía haber hecho igual, pero mal, escribiendo directamente a los encargados del programa. El problema de hacerlo
así, es que no te conocen, así que pasarán de tu mensaje. Cuando les llega de
alguien que conocen, un enchufador, es más
fácil que lo lean.
¿Cómo puedes aplicar este
experimento?
No importa cuál sea el objeto del marketing.
Puede ser que busques un empleo, que quieras conocer a alguien de una empresa
que te interesa o que quieras que elijan tu startup para un programa. Hacerlo a
través de un enchufador mejora tus
perspectivas y, como bonus, te muestra como una persona proactiva y creativa.
Ambos adjetivos son buenos.
Yo repliqué el experimento para intentar
entrar en el programa Lanzadera, una aceleradora de startups. Vamos, que copié
el procedimiento punto por punto.
Busqué el nombre del encargado del programa
y de algunos miembros del equipo. Averigüé en qué empresas tenían más contactos
y creé el anuncio. Hice una página mostrando mi propuesta y puse un mail de
contacto. El mínimo de gente al que tienes que llegar es 1000. LinkedIn te
exige que tu campaña potencialmente pueda llegar al menos a ese número de
personas. Si te pasa como a mí, tendrás que buscar muchas empresas a las que
apuntar para llegar al menos a los 1000 y asumir que le aparecerá a bastante
gente que no tenga ni idea de qué le estás hablando.
El primer anuncio que hice tenía una imagen
de mi startup pero tras unos cientos de impresiones sin ningún click, decidí
probar otros con mi cara. Estos funcionaron mejor. No obstante, me hicieron
falta 2000 impresiones para conseguir 3 clicks y no sabía si alguien había
mandado el enlace a los interesados. Lo dejé correr un par de días más. Para mi
desgracia, el número de impresiones se desató y el anunció se imprimió 8000
veces más en los siguientes dos días. ¡Parece que la gente no tenía otra cosa
que hacer que usar LinkedIn esos días!
Total, que al final me gasté 20€ en mi
experimento. La buena noticia es que me llamaron de Lanzadera para hacer la
entrevista.
Hay cosas que se pueden mejorar, en una
primera prueba suelen salir cosas mal. Podría haber probado más variantes de
anuncio (sólo probé 4 y LinkedIn recomienda 15), también otras imágenes (mi
cara funcionó mejor, pero seguro que otras serían más apropiadas), usar CPC en
lugar de CPM y sobre todo, debía haber mantenido el control sobre el número de
impresiones y habría evitado gastar tanto.
En cualquier caso, es algo que puedes probar
para llamar la atención de la persona a la que quieres llegar gastando poco
(salvo que la líes como yo) y, además, es divertido.
Puedes encontrar otros experimentos como
este realizados por mí y por otras personas en mi blog de Ventureros.
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